Publicado hoy en Fútbol Balear, muy bueno y seguro que muchos
de nosotros nos vemos reflejados
QUERIDO PAPÁ:
Creo que este es el momento para explicarte mi problema, estoy seguro
que lo vas a comprender y que vas a tratar de ayudarme.Mira papá, después del
partido del sábado pasado he llegado al límite, me preocupa mucho la derrota
que sufrimos, y el que no la haya sentido como mía y más aún la victoria que
obtuvimos el sábado pasado tampoco.
Creo que esto se debe a que “yo” no soy “yo” en el campo, sino el
“instrumento” que ejecuta los movimientos que tú y otros señores quieren que
hagamos. No sé por qué están tan cerca de las bandas, incluso por qué
permanecen junto a las porterías; no hago más que tocar el balón y “caen” sobre
mí un sinnúmero de gritos como “pásala”, “tira”, “condúcela”, “burla”, etc.,
etc. y lo que a continuación hago es “todo” y naturalmente mal; y así es en todas
y cada una de las jugadas, ya sean mías o de mis compañeros. Comprende papá,
tus gritos, los de los otros señores, incluso los consejos de mi monitor me
confunden. Créeme papá, así es muy difícil jugar fútbol.
Te pido papá, que me dejes jugar mis partidos. Tú ya jugaste los tuyos,
me lo has contado y sé que fuiste muy bueno.
Hace poco veíamos en la televisión un partido de fútbol, te enfadastes
por que un jugador profesional se hizo expulsar por reclamar al arbitro y tú le
llamaste bandido, por no saber comportarse y dejar a su equipo incompleto.
Sin embargo, ustedes reclaman al arbitro todas sus decisiones y hasta
los insultan.
Me confunde tanto esto, que olvidándome de los consejos de mi monitor,
también yo reclamo y en ocasiones hasta insulto al arbitro y no sé si esto sea
o no parte del juego… estoy seguro que hago mal, por eso déjame aprender, me
asusta el saber que me pueden sancionar por repetir el vicio de los mayores.
¿No crees papá, que sería mejor que durante el trayecto de casa al
partido, me indicarás lo que debo hacer en determinado momento? Tu sabes mucho
de fútbol, dime todos tus secretos y recuerda que ante todo, tengo que seguir
las instrucciones de mi monitor y después, de regreso a casa, comentemos mis
errores para irlos corrigiendo. Son tus palabras papá, eso me has dicho: “todo
lo que hagas, hazlo bien”.
Déjame intentar jugar bien, no me quites mi creatividad. Te aseguro que
los problemas que se presentan durante el juego, los puedo resolver sólo.
De esta manera “sentiré” mis victorias y seré responsable de mis
derrotas. Yo te quiero y te necesito en la tribuna, oyendo de ti y de mamá sus
gritos de aliento como: “vamos equipo”, “adelante”, “mi hijo ra-ra-ra” y al
terminar, quiero compartir con ustedes mis victorias y necesito su consuelo en
mis derrotas. Ayúdame papá, no es mucho lo que pido, solamente “déjame ser”
TE QUIERE TU HIJO
Anónimo
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